El balanceo de los neumáticos es el proceso de equilibrar el peso del conjunto rueda-neumático para que gire de manera uniforme y sin vibraciones.
Cuando una rueda no está correctamente balanceada, se generan vibraciones al conducir (especialmente a velocidades altas), lo que puede causar:
· Desgaste prematuro e irregular del neumático.
· Fatiga en los componentes de la suspensión y dirección.
· Vibraciones molestas en el volante, el suelo o el tablero.
· Mayor consumo de combustible.
1. La rueda se monta en una máquina balanceadora, que la hace girar y detecta si hay desequilibrios de peso.
2. Si hay zonas más pesadas, se colocan pesas de plomo o zinc en los bordes de la llanta para compensar.
3. El objetivo es que el peso esté distribuido de forma simétrica alrededor del eje de giro.
· Estático: Se compensa el desequilibrio en un solo plano (arriba/abajo).
· Dinámico: Se corrigen desequilibrios laterales en ambos lados de la rueda (más preciso y común en vehículos modernos).
· Balanceo con la rueda montada en el auto: Menos común, se hace en vehículos muy específicos.
· Al instalar neumáticos nuevos o cambiar llantas.
· Si se perciben vibraciones en el volante, especialmente entre 80 y 120 km/h.
· Después de un golpe fuerte (pozo o cordón).
· Si se desmontó una rueda por algún motivo (pinchazo, reparación, etc.).
· Como parte del mantenimiento preventivo (por ejemplo, cada 10.000 km o junto con la alineación).